Sabor a ti, Sabor a mi
Sabia que
me esperabas y llegue raudo y veloz
quería
saber que buscabas esta vez y llegue
al lugar
del encuentro mas temprano que de
costumbre
mas mi
sorpresa fue verte en ese lugar de
nuestras locuras.
Desconcertado estaba, ya que
habíamos terminado
y no
pensaba encontrarte tirada en la
arena semidesnuda
fue un mar
de ideas que pasaron por mi mente
acaso
querías jugar? o por el contrario
querías mi sabor.
Si ese
sabor que se aun no te abandona como
tampoco a mi
pues me
habías dado tu entrega con un sabor
poco común
ese que
solo se siente en besos de pasión y
de fuego
ese
que llega en la mezcla de nuestras
respiraciones.
Me dijiste
no hables por favor dame eso que
solo tu sabes dar
calle, te
mire profundamente hasta llegar
dentro de ti
y al ver
tus ojos casi perdidos en el
infinito sabia
que una
ardua tarea me esperaba ya que
conocía tus locuras.
Locuras que
me arrastraban pues tu febril cuerpo
así lo demandaba
tu pecho
erguido me retaba y ya no pude mas y
sin cuestionar
pasados
dolorosos, caí sobre ti desgarrando
la poca ropa que tenias
la luna me
enseño tu hermoso cuerpo que antes
había poseído.
Esta era
una noche diferente ambos en la
arena con el sonido
de nuestro
siempre confidente, el mar,
estábamos de nuevo
como
siempre, frente a frente, de pronto
rompiste en pedazos mi ropa
y en un
arrebato de locura empezaste a
acariciar mi cuerpo.
No eran
caricias suaves, tu fogosidad era
mucha, gritabas
enloquecida
y solo el eco de la noche escuchaba
tu voz
me dijiste
déjame hacer a mi, hoy yo quiero
poseerte
sin
pronunciar mas palabras empezaste a
besar mi cuerpo.
Comenzó
para mi un placer inmenso y me
retorcía
me decías
toma mi sabor y dame el tuyo
caíste
sobre mi y dijiste te voy a hacer
gritar,
tus fieros
movimientos me volvían loco.
A pesar de
la fresca brisa sudábamos
copiosamente
estabas
como nunca te había sentido y
continuabas sin cesar
mi mente
estaba perdida y solo sabia gemir de
placer
tu
continuabas jadeando y gritando
desenfrenada.
Un grito
desgarrador sacaste de mi pecho al
sentir
ese sabor
tuyo que nadie a podido igualar
mi agitada
respiración me decía que estaba al
máximo
y llego el
momento, gritaste, volví a gritar.
Desmadejado
caí a tu lado en la arena y una
generosa ola
nos cubrió
como para refrescar ese desenfrenado
éxtasis
por primera
vez habías sido la que tuvo el
control
pero una
vez mas sentimos, el sabor a mi y el
sabor a ti.
Autor: Rudy
González
Marzo 15 del 2006
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