Erótico Encuentro



Los árboles me indicaban que había llegado el otoño, esa tarde cuando recibí su carta me lleno de sorpresa quería verme pero no me decía cual era el propósito, un sobresalto en mi corazón me decía que no fuera. Mas sin embargo yo quería ir y volverla a ver tanto tiempo sin verla que no podía resistir la tentación de estar frente a ella nuevamente, de poder mirar sus ojos y volver a recordar.

Ella que había sido mi amada y mimada mujer quería verme pero para que y porque, eran mis interrogantes después de lo abrupto de nuestro rompimiento aquel día que dejo huella. Esa indeleble huella que muchas veces nos persigue marcando nuestras vidas sin ninguna explicación, no quería pensar mucho y me apresure a salir; llegue a la hora exacta y al lugar exacto de la cita. Ya estaba allí, la mire y me dije esta hermosa me dijo hola como estas? le conteste bien y tu? su respuesta fue un ligero llanto y balbuceando me miro fijamente diciendo, nunca debí alejarme.

No se porque lo hice pero nunca he dejado de amarte fuiste y eres el hombre de mi vida solo pienso en ti, tú sabes que mi vida no es feliz sin tu presencia dime por favor si todavía sientes algo por mí. Escudriñe su mirada buscando una verdad ciertamente no la había olvidado pero temía, mucho sufrió mi corazón con su partida pero sabia que aun la deseaba, entonces la bese.
 

La bese con pasión y mordiéndole los labios empecé a quitarle aquel hermoso vestido hasta dejarla completamente desnuda; aquel cuerpo que tanto disfrute estaba impecable. Me despoje de mi ropa y quede al igual que ella, pensé que sobraban las palabras y la abrace sentí que se estremeció con el contacto de mi piel, como en los viejos tiempos nuestra pasión nos consumía.

Mis manos recorrían cada palmo de su fogoso ser buscando llegar a excitarla como en aquellos tiempos y cuando ambos estábamos gimiendo de placer nos dimos cuenta, que aun aquella pasión estaba viva.



Autor: Rudy González

Octubre 06 del o 2006