Recordando vidas pasadas.
La regresión a vidas pasadas se ha constituido en los últimos años en un apasionante estudio sobre lo que en definitiva es la reencarnación. En la década del 60, el sueco Thorwald Defletsen aborda este apasionante tema y consigna una docena de casos en los que las personas no solamente recordaban su vidas pasadas, sino que además, se curaban de males físicos que los afectaban en esta "encarnación".
Un cojo dejo de cojear cuando, volviendo a una encarnación anterior suya en la época de las guerras napoleónicas, revivió el trance de una terrible herida que le afectó la pierna. Una mujer que poseía una enorme mancha roja en su cara, motivo de tormento durante toda su vida, recuperó la tersura de su rostro luego de "recordar" que había sido una bruja quemada en la hoguera, durante la Santa Inquisición.
El prólogo de la obra de Defletsen aclara que pocos o casi ninguno de los datos brindados por los pacientes, pudo ser corroborado. Esto se refiere tanto a sucesos históricos como a nombres de aldeas, reinos y monarcas brindados por las personas en trance hipnótico-regresivo. No obstante, el investigador sueco da fe del efecto terapéutico que el proceso de regresión a vidas pasadas, obró en sus pacientes.
Defletsen describe los pasos en que se compone una sesión de R.V.P. No consignaremos aquí los mismos en detalle, pero a modo ilustrativo, baste decir que se pone a la persona en trance hipnótico y se la va llevando gradualmente hacia atrás en su vida. Un día, un mes, un año, diez años y así hasta llegar a la más tierna infancia. Muchas personas llegan a adoptar en las últimas fases de esta regresión una posición fetal. A partir del momento, casi siempre traumático del parto, la persona sigue retrocediendo y llega al período intrauterino, generalmente descrito como placentero.
La reencarnación, premisa básica.
Ninguno de los conceptos que hacen a la R.V.P. tendría sentido sin el presupuesto básico de la aceptación de la reencarnación. ¿Y qué es la reencarnación? Volver a vivir otra vida luego de la muerte. Definamos entonces la muerte: Para el Dicc. Católico Ed. Barsa 1964 la muerte es "la separación del alma del cuerpo, lo que marca el término de tiempo que una persona tiene para ganar méritos. Después de muerto el hombre ya no puede ni pecar ni ganar para sí un lugar más alto en el cielo; del estado de su alma en el momento de la muerte depende la eterna salvación en el cielo o la condenación en el infierno".
Para la fe Católica, la reencarnación se contradice con la doctrina de la Redención mediante la cual la raza humana vuelve a obtener el beneplácito de Dios gracias al sufrimiento y muerte de su Hijo Jesucristo. A este concepto se opone, diametralmente, la Sagrada Ley del Karma y la Evolución, una de las afirmaciones fundamentales de la doctrina budista.
A propósito, citemos a Buddha: "Cada individuo es exactamente lo que él se ha ganado el derecho de ser. Lo rodea aquella felicidad cuyos derechos ha adquirido en el pasado. Se enfrenta en la actualidad con las deudas contraídas en la anterior vida y que hoy le salen al encuentro. La infelicidad es el resultado del sufrimiento infligido a otros en la vida anterior y que antes de nacer aceptó ahora reparar.
Si su cuerpo hoy es débil, es porque antes lo descuidó, si carece de amigos es porque en la anterior vida no los hizo. El hombre es el resultado de su pasado y será el fruto de su presente. Los dones y facultades actuales son el resultado de su sincero trabajo de ayer. Quien trabaja de esclavo puede volver hecho un príncipe, por amable respetabilidad y méritos ganados. Quien gobernó de rey puede volver vagando por el mundo, vestido de harapos, por cosas que hizo o dejó de hacer. Si quieres conocer el pasado, mira tu vida presente. Si quieres conocer el futuro, mira tu vida presente."
El concepto de reencarnación en el cristianismo.
Desde las filas de quienes defienden el concepto de reencarnación, llegan argumentos orientados a probar la existencia del concepto del "volver a nacer" en los libros sagrados del cristianismo. Una de las citas bíblicas más utilizadas para este objetivo es aquella de Juan 3.7 "Por tanto no te extrañe que te haya dicho: Os es preciso nacer otra vez".
Se sostiene que muchos de los Padres de la Iglesia Cristiana aceptaban la enseñanza del llamado Cristianismo Esotérico que defendían la verdad sobre la Reencarnación. "No puse por escrito todo lo que pienso pues hay un cristianismo esotérico que no es para toda la gente:" San Clemente de Alejandría (150-220).
"El Alma vive más de una vez en cuerpos humanos, pero no puede recordar sus experiencias anteriores." Diálogo con Trifo, Justino Mártir (100-165). Considerado el Padre de la Ciencia de la Iglesia, Orígenes (185-254) sostenía:
"La preexistencia del alma es inmaterial y por tanto sin principio ni fin de su existencia. Las predicciones de los evangelios no pueden haberse hecho con la intención de una interpretación literal. Hay un progreso constante hacia la perfección. Todos los espíritus fueron creados sin culpa y todos han de regresar, por fin, a su perfección original. La educación de las almas continúa en mundos sucesivos. El alma frecuentemente encarna y experimenta la muerte. Los cuerpos son como vasos para el Alma, la cual gradualmente, vida tras vida debe ir llenándolos. Primero el vaso de barro, luego el de madera, después el de vidrio y por último los de plata y de oro."
Justiniano, emperador de Oriente declara la guerra en el siglo VI a los "origenistas" y convoca un sínodo en el 543 en el que se condenan las enseñanzas de Orígenes y Justiniano publica sus anatemas y maldiciones contra él. Unos años después, en el 553 ser realizó un nuevo Concilio en el cual ningún representante de Roma estuvo presente, ni siquiera el Papa Virgilio. Es en este evento, presidido por un monarca y no por un religioso, que el cristianismo condena la idea de la reencarnación.
Regresión hipnótica
Si hemos de hacer historia, el primer experimento de regresión hipnótica tiene lugar en 1890. Utilizando los conceptos del "magnetismo animal" de Mesmer (padre de la hipnosis), el Coronel Albert De rochas utiliza el hipnotismo logrando llevar a varias personas a "vidas pasadas". Otro antecedente más actual, lo hallamos en 1950 con las experiencias del Dr. Alexander Cannon, quien retomando los estudios de De Rochas, estudia casi 1.400 con sujetos voluntarios.
En uno de sus trabajos publicados sostiene: "Durante años la teoría de la reencarnación resultó una pesadilla para mí e hice todo lo posible por desecharla y hasta discutí con mis sujetos en trance, diciendo que decían tonterías. Pero pasaban los años y todos los sujetos me contaban la misma historia, aunque tuvieran creencias diferentes. Ahora después de haber estudiado más de mil casos, debo admitir que existe algo llamado reencarnación."
Cannon inicia de esta manera lo que actualmente se conoce como Terapia de vidas pasadas, que ha tenido excelentes resultados en algunos pacientes donde la psicología y la psiquiatría tradicional habían fracasado. No obstante a la hora de encarar una terapia de este tipo es necesario tener mucho cuidado pues no todas las personas están preparadas para resistir ese trance.
Más recientemente el Dr. Joel Whitton propone en 1973 al comité médico de la Toronto Society for Psychical Research, dirigir un trabajo sobre el tema de la reencarnación en base a la regresión hipnótica a vidas pasadas. Este investigador comprobó que los éxitos y fracasos de las vidas anteriores de los sujetos examinados, contribuían a la formación de su actual personalidad. Algo similar a lo ya descrito sobre la investigación de Thorwald Defletsen.
Whitton, extrajo como conclusión de sus trabajos que en todos los casos se cumplía el concepto del Karma o ley de causa y efecto que debe ser "pagado" en base a las acciones cometidas.
Sobre un caso en particular, el Dr. Whitton dice: "Los recuerdos obtenidos por hipnosis del sujeto se confirman en el experimento: su origen es un misterio. Los que creen en la reencarnación insistirán en que estos recuerdos son verdaderos y de vidas anteriores. Los que no creen dirán que se trata de fantasías. No creer no significa negar y creer no significa probar".
Con su libro Muchas vidas muchos sabios, el Dr. Brian Weiss, médico psiquiatra, Jefe del Departamento de Psiquiatría del Centro Médico Monte Sinaí de Miami, especializado en el estudio y tratamiento de la depresión, de los estados de ansiedad, los trastornos del sueño, el abuso de drogas, la enfermedad de Alzheimer y el estudio de la química cerebral, pretende realizar "una pequeña contribución a la investigación en marcha en el campo de la Parapsicología en lo que se refiere a nuestras experiencias antes del nacimiento y después de la muerte."
Cabe destacar que no fue fácil para este prestigioso científico publicar un libro tan controvertido. En tono de confesión sostiene "no estaba preparado para lo que le sucedió como médico psicoterapeuta."
En su libro, pasa de la descripción de casos en particular a una suerte de contacto que, a través de sus pacientes, Maestros de Sabiduría comenzaron a entregarle a modo de "iniciación". Esto provocó en Weiss una profunda transformación a nivel trascendental, al punto de animarse a poner en riesgo su merecido prestigio al publicar su obra. "He comenzado a meditar, cosa que, hasta hace poco, creía factible sólo para hindúes y californianos.
Mi vida ha cambiado drásticamente, me he vuelto más intuitivo con mis pacientes, me siento mas responsable de mis acciones. Ahora vivo entre dos mundos: el mundo fenoménico de los cinco sentidos, representado por el cuerpo y las necesidades físicas, y el mundo mayor de los planos suprafísicos representados por el alma y el espíritu. Se que los mundos están vinculados y todo es energía. Ya no me preocupa el efecto que pueda tener este libro en mi carrera..."
Fuente: Formarse.
Un viaje por el tiempo con Brian Weiss. Por Almudena Martín.
Más de mil personas abarrotaban el salón principal de actos del Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid esperando, expectantes, el comienzo de una peculiar conferencia-taller. En ella participarían como espectadores y también como protagonistas nada menos que de un sueño hecho realidad, el poder tener contacto con sus vidas pasadas y futuras e, incluso, reconocer personas con las que compartieron esas otras existencias. Las cortinas aportaban un fondo que hacía parecer mucho más grande un escenario en el que un único taburete componía todo su atrezzo.
Brian Weiss apareció por el lado izquierdo, aparentemente minúsculo en un espacio audiovisual tan grande, pero su presencia hizo callar a toda la sala, captando la atención de los presentes. Creyentes e incrédulos de las teorías del psiquiatra se dispusieron a tomar parte de una representación, entre el miedo al ridículo y la esperanza de que esas otras existencias aportaran luz a la actual.
La suave voz de Weiss inundó la sala. La profundidad de sus razonamientos contrastaba con su sentido del humor, que desprotegía de solemnidad el silencio cortante con el que en ocasiones sopesaba la atención de los presentes. El cansancio reflejado en su rostro acompañaba a sus palabras dotándolas más de candidez que de monotonía, ya que su vida actual se desarrolla entre aeropuertos y hoteles, entre conferencias y presentaciones de libros que se han convertido en auténticos best-sellers.
AÑO/CERO pudo obtener una entrevista en exclusiva antes del evento, durante la que vistió de anécdotas y argumentos su aportación a la vida del alma y del inconsciente colectivo e individual, trabajo al que ha dedicado los últimos 25 años.
En la intimidad de su habitación encontramos a un hombre de actitud amable y hospitalaria. Su mirada es la de alguien humilde y honesto capaz de transmitir paz a los que le rodean, la de una persona valiente que tras una brillante carrera como psiquiatra fue capaz de arriesgarlo todo para transmitir a los demás un mensaje mucho más importante.
Sus investigaciones sobre vidas pasadas conmocionaron al
mundo y ahora este sabio con aspecto de lord inglés vuelve a sorprender con su
nuevo libro, Muchos cuerpos y una misma alma (Ediciones B, 2005), en el que
narra algunas de sus experiencias con pacientes progresando a vidas futuras.
-¿Cómo comenzaron sus trabajos en el universo de las
regresiones a vidas pasadas?
Yo era un psiquiatra conservador y escéptico, hasta que en 1980 llegó a mi consulta una paciente que cambió mi vida. Tras haber intentado resolver sus fobias con terapias tradicionales, decidimos probar con la hipnosis para hacerla regresar a la infancia y buscar allí el origen de sus miedos pero, para mi sorpresa, cuando la induje a regresar al origen de sus síntomas, ella no volvió a su niñez, sino que retrocedió a una vida pasada acaecida hace cuatro mil años. Yo no podía creérmelo y ella tampoco, pero los detalles y la emoción con la que narraba cuanto iba viendo era realmente sorprendente y aún lo fue más cuando a medida que iba recordando vidas pasadas sus síntomas en su vida actual desaparecían.
¿Cuáles son las aportaciones de sus nuevas líneas de trabajo?
Comencé con el estudio de las personas con sueños
precognitivos. Pensé que si durante el sueño había personas capaces de ver cosas
que más adelante ocurrirían, también sería posible conseguirlo a través de la
hipnosis. Hoy, tras haber llevado hasta el futuro a más de siete mil personas y
haber contrastado los datos de lo que allí han visto para dentro de 100, 500 e
incluso 1.000 años, he podido constatar que progresar a vidas futuras es
posible, ya que la mayoría de las descripciones del futuro coinciden.
-Antes de comenzar a trabajar con las progresiones,
sus estudios fueron pioneros en el empleo como terapia de la regresión a vidas
pasadas. ¿Qué diferencias existen entre los dos tipos de terapia a la hora de
curar patologías?
La regresión a vidas pasadas ayuda a las personas con ansiedad, bloqueos emocionales o sexuales y fobias, cuyos síntomas no han desaparecido tras haber sido tratados con terapias tradicionales. Por ejemplo, un hombre que manifiesta una terrible fobia al agua, puede superarla regresando a una vida pasada en la que murió ahogado.
La progresión es diferente. Esta terapia ayuda a gente con problemas de inseguridad y dificultades para tomar decisiones. Esta clase de personas, progresando hacia el futuro, pueden ver que ocurrirá si hacen una determinada cosa o que ocurrirá si deciden seguir el camino contrario, y esto les ayuda a tomar decisiones. No todos somos capaces.
Aproximadamente un setenta por ciento de las personas que lo intentan lo consiguen; quienes pueden hacer una progresión, pueden hacer una regresión y viceversa. Esta clase de terapias funcionan muy bien para resolver problemas en parejas porque en muchos casos estas personas ya estuvieron juntas en episodios anteriores y cuando se reconocen en el pasado muchos de sus problemas se resuelven.
-¿Por qué regresaríamos una y otra vez? ¿cuántas vidas sería necesario experimentar?
El número de vidas terrenales que tengamos depende de la velocidad con la que aprendemos las lecciones que nos han traído a este mundo. Para mí hay dos clases de evolución: la del alma y la del cuerpo físico. Cuando un alma entra en un cuerpo, tiene una evolución biológica con éste. Están conectados; el cuerpo es como un vehículo cuyo conductor es el alma.
El mundo es una enorme escuela en la que tenemos que aprender lecciones como el amor, la compasión, la empatía, la paciencia, la no violencia, la vida sin prejuicios, etc. En una misma vida se pueden aprender varias lecciones. Si ya has aprendido lo que te correspondía, puedes pasar a lo siguiente sin tener que cambiar de cuerpo.
Tras veinticinco años de investigaciones he llegado a la conclusión de que nosotros escogemos las vidas que queremos vivir, elegimos nuestros padres, nuestras circunstancias, etcétera. Por ejemplo, si en una vida pasada fuiste un gobernante y no lograste hacerlo bien, puedes volver para ayudar a la gente y tratar de hacerlo mejor, porque no aprendiste la lección, o bien volver a fallar, es tu elección.
Lo que tú haces a los demás vuelve a ti; lo que siembras es lo que recoges, en esta vida o en la siguiente. Si haces cosas buenas atraerás a tu vida cosas positivas, pero si haces el mal, éste regresará a ti antes o después. Además de nuestro karma individual, existe otro colectivo que está relacionado con la historia de nuestro país.
Existe un «karma nacional» que está especialmente conectado con el karma individual de sus gobernantes y también con el de cada uno de los miembros de esa comunidad y que a la vez está conectado con el resto de los «karmas nacionales», en uno global.
-En sus libros Sólo el amor es real y Lazos de amor, habla de los grupos de almas. ¿Qué son exactamente?
Cuando hablamos de almas gemelas, comúnmente pensamos en un concepto romántico, como el amor a primera vista. Pero esto no tiene porque ser así, ya que tenemos más de un alma gemela, que pueden ser nuestros padres, hermanos, amigos, etcétera.
Estas personas que hemos conocido en otras vidas, nos resultan familiares cuando llegamos a esta, ya que reconocemos sus vibraciones. Dichas «familias de almas» tienden a reencarnarse a la vez, porque tienen que aprender en grupo. En muchos casos tuvieron problemas en vidas anteriores y han vuelto para cooperar esta vez.
-¿Cree en el destino?
Sí, pero no de un modo determinista. A causa de su destino uno debe conocer a su alma gemela, lo que puede tener o no una connotación romántica. Pero tras haberse encontrado, lo que hagan no dependerá del destino, sino de las propias decisiones que ambas personas tomen.
Nosotros siempre estamos creando el futuro. Los físicos que
estudian el espacio y el tiempo nos hablan de universos paralelos y el futuro es
sólo uno de estos universos, hay muchos posibles futuros. Cualquier decisión que
tomes en el presente, está condicionando el futuro. Un adivino no puede decirte
que en el año 2006 te vas a casar, puede decirte que conocerás a alguien
especial, pero lo que hagas después es cosa tuya.
-¿Cómo cree que será el mundo en el futuro?
He realizado progresiones con siete mil personas y tras llevarlas a cabo la mayoría de ellas han cumplimentado un cuestionario que me ha ayudado a obtener una serie de conclusiones sobre lo que muy posiblemente será el futuro del planeta. En los próximos doscientos años, el mundo será similar al que hoy conocemos y continuará acarreando los mismos problemas. Habrá más contaminación, continuarán las guerras, pero el avance de la ciencia y de la tecnología seguirá imparable.
Si avanzamos unos mil años en el tiempo, hacia el año 3000 el panorama es bien distinto, ya que el ochenta por ciento de los encuestados hablan de un mundo idílico, de un planeta más hermoso y limpio, sin contaminación, sin desiertos y sin enfermedades. Un mundo espiritualmente más avanzado en el que la comunicación telepática es una realidad y en el que hay mucha menos gente, pero que es mucho más feliz.
Evidentemente ocurre algo entre estos dos periodos para que cambien tanto las cosas y haya un descenso tan enorme de la población, pero no soy muy consciente de que es exactamente lo que sucede. Tal vez simplemente la gente decida tener menos hijos, o hay un descenso de la fertilidad y a la gente le resulta más complicado tener hijos; o tal vez se deba a una guerra bacteriológica o algún tipo de plaga biológica…
Mi opinión es que ese descenso de población se va a producir, pero que el modo en el que va a hacerlo está aún por definirse. Es muy posible que los próximos doscientos años sean decisivos en este sentido.
-¿Ha recibido muchas críticas de la comunidad científica por sus líneas de investigación?
Al principio, yo temía que estos descubrimientos afectarán a mi prestigio como psiquiatra. Y así fue, pero con el paso del tiempo he podido demostrar a la mayoría de mis colegas que lo que yo hago es ciencia.
Yo no me acerco a los pacientes y les digo: «usted fue un asesino en el siglo XVI». Yo les induzco a un estado en el que ellos comprenden cosas y mejoran.
Yo no creía en la reencarnación antes de 1980, pero la
experiencia siempre supera a la creencia, y eso lo he aprendido por mi formación
como científico. Desde la publicación de mis primeros libros muchos compañeros
se acercaron a mí para contarme sus propias experiencias a este respecto. He
abierto un camino, aunque muchos continúan criticándome, pero la mayoría de
ellos no conocen mi trabajo ni han leído mis libros.
-¿A quien le gustaría tumbar en su camilla para
realizar una regresión?
He realizado regresiones con gente del mundo del espectáculo, actores y actrices, de la política, ministros, presidentes de diferentes países, miembros de los servicios secretos y del cuerpo diplomático… y creo que sería interesante que realizasen este tipo de terapias los dirigentes mundiales, ya que en sus manos están las grandes decisiones.
Y las experiencias derivadas de estas técnicas ayudan a tener una mayor visión de futuro, a comprender más a la gente; potencian la empatía y la compasión, valores muy importantes para cualquier dirigente, además de ayudar a entender las interdependencias que tenemos, lo cual nos sensibiliza ante los problemas ambientales, etc. Pero por desgracia, no todos los dirigentes tienen la mente abierta a esta clase de terapias.
Fuente: Año Cero.